SEDUCIENDO
AL PADRE DEL VILLANO – 24
SEDUCIENDO
AL PADRE DEL VILLANO – 24
En el libro original «Brisney quiere ser feliz» las
líneas de Soleia eran tan pocas como las de Yerenica.
Sin embargo, cada línea tuvo un gran impacto, por lo que
cada línea fue memorable.
Si, era un extra, aunque tuviera a Yerenica o no, Soleia
Elard era la principal culpable de convertir a su hijo en un villano.
El recuerdo del Deckarb original del libro, «Brisney
quiere ser feliz», pasó por mi cabeza «Su madre siempre susurraba como un
hábito.
—Eres el monstruo de la mayor divinidad y la magia más malvada,
Deckarb.
Deckarb Belgott
era la sangre más pura de Dios que quedaba en esta tierra, y que estaba en las
tinieblas más profundas.
—Puedes tenerlo todo en el mundo si quieres, más allá de
esa Yudeta, el mundo de los dioses.
—…. —El tiempo que quieras. La mujer que dio a luz al
niño dijo cariñosamente.
—¿Te gusta tener el poder del mundo entre tus manos?» Su
madre siempre decía lo mismo, ella esperaba que él heredara su magia negra.
Probablemente era
un deseo que había traído desde que se casó con su padre, el mejor hombre puede
sostener dos poderosas fuerzas al mismo tiempo.
¿Es realmente posible? como parte del experimento.
Entonces, de hecho, la madre podría haber querido crear
un monstruo.
«Deckarb se rio seco. Fue una risa que no se ajustaba a
la cara del niño de 10 años.
Deckarb murmuró en silencio.
—Quiero ver más allá de Yudeta, madre.»
¿Cuánto quería
Deckarb Belgott ver?
Sólo había una cosa que hacer.
«Oh, es espeluznante.»
Eventualmente me estremecí.
No importaba si
Soleia Elard amaba a Euredian o no.
Lo importante es que tiene algún propósito.
¿Por qué tendría
que casarse con un hombre con las propiedades opuestas?
Si te atrapan, te
cortara la cabeza.
Tal vez sea realmente la tierra y el cielo.
Puede que esté tratando de cruzar el límite de Yudeta.
Un audaz intento
de explorar el mundo de los dioses con el poder del inframundo Y se explica
porque trato de lograrlo a través de tu hijo.
Pero sabía que el
terrible «experimento» terminó en fracaso.
Deckarb perdió su divinidad mientras aprendía magia
negra.
Al final, era
imposible para el cuerpo humano captar el poder de los dioses y el poder de los
muertos al mismo tiempo.
Cuanto más
recordaba, más era ella una mujer aterradora sin sangre ni lágrimas.
La gente común no
se atrevería a pensar.
«Quiero que llegues al mundo de dios con el cuerpo
humano»
¿Por qué tuviste que hacer eso?
¿Por qué trataste de comprender las dos fuerzas al mismo
tiempo mientras usabas a tu hijo?
¿Cuál es tu propósito detrás?
Traté de recordar el contenido original tanto como sea
posible, pero no se me ocurrió nada.
No hubo muchas escenas en las que Soleia apareciera en
primer lugar.
Suspiré profundamente.
Por ahora, como aconsejó Euredian, podría ser beneficioso
para mis intereses personales sólo quedarme en el palacio de Belyruk.
¿No creo que este tan ansiosa por verla como en la
primera reunión?
Pero no puedo evitar a Soleia Elard todo el tiempo que
esté en Belgott.
Entonces, ¿cómo llego a ella…?
¿Quitando su
tiempo con Euredian? Si no lo seduzco y fuera repatriada a Lebovni, tengo que
evitar que Euredian se case con Soleia. Así que la manera de alejarla de
Euredian…
Tristemente, no había muchas maneras en que podía pensar
en ello de inmediato.
Primero, cada vez
que se reunan, puedo detenerlo. En segundo lugar, puedo dedicar mi cuerpo para
demostrar que es un mago que usa magia negra.
«No, ni un segundo.» Sacudí la cabeza y borré la segunda
opción de mi cabeza. Se trata de sobrevivir.
No podía sacrificar mi cuerpo.
De hecho, sin
embargo, el primer y el segundo método no parecían completamente irrelevantes.
Si quedo atrapada en el medio de los dos, descubrirá que
Soleia Elard es una maga oscura.
Y con mi muerte,
Euredian podría vivir muchos años.
«¡No puedo morir!…
¡Es un mal final!» Al final, sólo son mis ideas
originales, como si alguna vez hubiera planeado algo a fondo. La vida es para
vivirla con confianza y sin miedo ¿no?
*** El cielo era azul, sin nubes, y en el jardín, una
brisa sopla moviendo las flores y hierbas.
Euredian caminaba
por el pasillo del primer piso del Palacio de Belgott.
Hoy fue el día en
que Soleia Elard visitó el palacio imperial después de tres semanas, después
haberla rechazado dos semanas, ya era imposible seguir retrasándolo.
No quería verla regularmente, pero Soleia Elard era la
mujer que sería la siguiente dueña de la torre después de la muerte de Rosell.
Y él está a cargo de reportar sobre la torre.
Es lo más cercano
a una relación, Euredian solo le daba la debida cortesía y un trato razonable.
Aparte de las sospechas que tenía hacia ella, pensó que
Soleia Elard golpearía en cualquier momento.
Era una mujer muy
competente.
De todos modos, ella era un gran mago y el símbolo de la
torre.
Si no pasaba nada, sería su socio por el resto de su
vida.
—… Pero Euredian se sintió cansado de ello, de tener que
vivir en guardia hasta que la emperatriz muera.
Si se casara con ella, la paz de Euredian Belgott habrá
terminado para siempre.
Es un infierno el
solo pensarlo.
Había estado
tratando de cepillarse el cabello, pero después de un tiempo se dio cuenta de
que lo había empujado hacia atrás y bajó la mano.
Hoy estaba vestido perfectamente formal, como siempre lo
hacía cuando trataba con alguien a quien no quería ver.
La corbata blanca,
se apretó a su cuello firmemente.
Ha estado fuera
del palacio por tres semanas.
¿Cuánto tiempo se quedará hoy?
Era un dolor para Euredian, asi que dejó de pensar en
ello.
Y la escena que llegó al final de sus ojos
involuntariamente se volvió aún más problemática.
—… En el paisaje fuera de la ventana se miraba
inadvertidamente una figura muy familiar.
En el jardín de flores se encontraba una fuente de
mármol.
Y unos coloridos colores… un cabello rosa claro que se
mezclaba con su alrededor.
—… Pronto sus ojos se encontraron.
Los ojos azul cielo claros estaban entrecerrados en forma
de media luna, y el cabello que siempre había estado flotando de una manera
deslumbrante, se encontraba finamente trenzado.
La mujer, sentada
en la fuente de mármol, sacudiendo las piernas, saltó inmediatamente.
—¡Su Majestad!
Pensó que lo
estaba llamando, pero la ventana estaba cerrada.
Se quedó quieto, viendo a la mujer correr.
La mujer todavía estaba allí, y él todavía estaba allí.
—¿Huh?
Yerenica, que estaba justo en frente de la ventana,
inclinó la cabeza.
Como si se
preguntara, si la veia.
La ventana en el pasillo era demasiado alta para que ella
se parara en frente.
Quería ver sus
ojos suaves de nuevo, y sus pequeñas manos de repente se levantaron.
Knock knock.
Golpeo la ventana.
Euredian leyó sus
labios.
A-bre-la-ven-ta-na.
No estaba
particularmente consciente, pero sus manos se movían por sí solas.
Empujó la ventana desde el interior, y una brisa ligera
le rozó la cara.
Una voz clara y animada entro por sus oídos.
—Oh, ¡está
abierto!
—… Pensé que sólo estaría en el Palacio Belyruk hoy.
«¿Olvidé mencionarlo ayer?», pero recordo habérselo
dicho claramente.
Y la princesa
delante de ella no fue capaz de oírlo.
Euredian sonrió y se inclinó por la ventana, con el brazo
apoyado en el marco de esta.
—Realmente no
escuchas, princesa.
—No soy tan predecible
—respondió Yerenica juguetonamente.
Sonreía maravillosamente con una cara lechosa, pareciera
que hoy se veía más deslumbrante.
Puede ser debido al vestido blanco.
«No deberías usar ropa blanca.» Euredian pensó
inconscientemente.
Su mano se extendió involuntariamente.
El final del dedo
índice, froto la oreja suavemente.
Fue una cosa
extraña.
Saber más sobre la princesa que estaba frente a él que de
Soleia Elard.
Sin embargo, como siempre cuando se trata de la princesa,
había una agradable sensación de liberación que lo rodeaba.
Era una persona libre.
Euredian pensó que
incluso aquellos que lo vieron pensaron de esa manera.
Las comisuras de su boca se tiraron suavemente hacia
arriba. Una voz generosa y amable salió incluso cuando no lo pensó.
̶—Sí.
Entonces, ¿por qué habría venido la princesa hasta aquí a
pesar de la tormenta?
Una mano pequeña,
ligeramente fría sostuvo su mano grande y cálida, y sintió la divinidad de su
cuerpo siendo absorbido por ella.
Yerenica respiró un poco.
Y luego sonrió contenta.
—Hoy, no es un día nada diferente.
—¿Nada diferente?
La princesa de Lebovni, que se asemeja a un pequeño gato
rosado, declaró con un espíritu audaz y vigoroso.
—De ahora en adelante…¡estoy planeando secuestrarte!
SEDUCIENDO
AL PADRE DEL VILLANO – 25
SEDUCIENDO
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Era una historia bastante linda. Su delgada mano sostenía
firmemente su mano.
Se alegró de que la temperatura de su mano fuera un poco
fría.
Euredian sonrió
lánguidamente.
—¿Qué puedo hacer?
Parecía un
depredador generoso, mirando a un pequeño gatito en frente de él.
Quizás la mujer
que lo miraba y le sonreía brillantemente, no tiene idea de qué tipo de persona
era en realidad.
Sin embargo, no
tuvo que mostrarse completamente.
Aun así, Euredian, le dio la mano y bajó la mirada con un
rostro expresivo.
Sus gentiles ojos se inclinaron bellamente en forma de
media luna.
—Soy una persona
que aún no tiene experiencia, así que me gustaría pedir un poco de su
cooperación.
Yerenica se río
ligeramente, juntando sus manos.
Fue tan
deslumbrante que provoco que bajara su guardia.
¿Creo es tu arma y
por eso la balanceas?
Con voz alegre
continuó.
—Te gustaría ser amablemente secuestrado por mi ahora, o
sino.
—¿O sino?
—¿O quiere que lo moleste todos los días?
Los claros ojos
azul cielo brillaron con un destello de llamas.
Hubo una ardiente
voluntad de nunca dejarlo ir si no respondía positivamente.
Euredian se echó a
reír.
—¿Qué es lo que no
le pudo haber gustado a la princesa?
—El horario del día de hoy de su majestad.
—¿Mi horario?
—Si. Voy a tratar de interponerme en eso. Yerenica
respondió sin dudar.
Euredian tuvo que reflexionar por un momento para
comprender la verdad detrás de sus palabras.
La princesa de Lebovni parecía estar decidida a evitar que
se encontrara con Soleia Elard.
—De todos modos, aún no estan comprometidos.
Tenía una cara muy profunda y no dijo más que tonterías.
Luego sonrío con una cara inofensiva.
—Me aseguraré de su seguridad.
Estoy realmente
segura de eso.
—… —¿Puedo pedir
su cooperación?
Era un tono muy confiado.
Yerenica dijo eso y se encogió de hombros.
—Bueno, no puedo hacerlo si suena como una amenaza.
De alguna manera era una línea familiar.
Era la línea que
el propio Euredian puso en su boca cuando secuestró a la princesa.
Finalmente rio por
lo bajo.
«No sé por qué intentas secuestrarme, pero eres tierna
intentándolo.»
—Bueno…
Euredian echó un vistazo al tiempo.
Tenía una cita para almorzar con Soleia Elard.
Ella sabe que él
está a tiempo en las citas, por lo que probablemente aparecerá en la hora
exacta.
¿Tengo media hora?
Euredian estuvo
brevemente preocupado.
Mientras tanto,
pensó brevemente en lo que Soleia Elard hacía a las mujeres que intentaban
acercarse a él.
Provocaba todo tipo de escándalos, haciendo que las
pobres damas de la aristocracia les sea imposible recuperar su honor.
Escándalo.
Euredian pensó mientras miraba a la princesa de Lebovni,
que sonreía alegremente.
Ninguna mujer
coincidiría tanto con esta palabra como ella.
No solo por Soleia
Elard, le pareció que no había nada bueno en estar demasiado cerca de una
princesa de otro país que fue tomada como rehén, tanto para si mismo como para
la encantadora princesa frente a él.
Si. Pero…
—Ven conmigo, Su Majestad.
Yerenica tomo su mano y la estrecho.
La punta de su cabello rosado finamente trenzado,
revoloteaba suavemente.
Los ojos azul
cielo parpadearon con grandes expectativas.
—… De alguna manera no fue fácil mirar hacia otro lado y
darse la vuelta.
La pared alta y sólida choco contra una dulce ráfaga que
llegó ligeramente.
Era como si supiera que su horario de hoy no estaba tan
ocupado.
Era una tentación
difícil de resistir.
—…Oh.
Apretando su boca, un suspiro salió.
Si lo deja como esta, volverá a pasar después.
La princesa de
Lebovni parecía más una mujer que caminaba en su propio mundo.
Pero en realidad,
«¿quién será el que realmente se arrepienta de haber dado
una vuelta?, porqué creo que…»
—No puedo decir que no.
Finalmente, Euredian
alzo la bandera blanca.
Esta era la
segunda vez.
¿Hasta dónde se debe romper su guardia para hacerlo
sentir mejor?, ¿qué hay con esta princesa? Aunque pensaba eso, Euredian se
enderezó lentamente.
El entrelazamiento entre los dedos se desvaneció. Sus
ojos azul cielo parecieron ampliarse un poco.
—¿Su Majestad?
—… No es un gran problema ser secuestrado por un tiempo.
Lo pensó otra
vez.
*** Oh, mi Dios.
¡Lo he conseguido!
Abrí la boca mientras miraba al hombre que había cruzado la ventana.
No sabía que ésta operación realmente funcionaría.
Elegí este método,
por qué era un hombre que cuando lo atacan puede responder Fue una excelente
elección
¿Verdad?
Euredian, de pie frente a mí, sonrió y abrió la boca.
—Entonces, ¿qué haremos princesa?
—¿Si…?
—¿Qué querías hacer después de secuestrarme?
De pie con los
brazos cruzados, se veía completamente formal, a diferencia de antes.
No lo sabía cuándo
miré por la ventana, pero después de enfrentarlo correctamente, era una versión
bastante diferente de lo habitual.
Una corbata blanca con ribretes dorados en los hombros.
Seis broches brillaban en su pecho. Cabello plateado
perfectamente peinado.
El aspecto suelto y las actitudes relajadas no son
diferentes a las de antes, Simplemente emitió una atmósfera completamente
diferente.
—Uh… Olvidé lo que iba a decir y parpadeé tontamente.
Había un hombre
frente a mí que parecía un emperador impenetrable.
No puedo creer que haya atrapado a este tipo.
Euredian inclinó
la cabeza.
—¿Princesa?
Afortunadamente, mi estúpido silencio no duró mucho.
Rápidamente me
mordí la lengua y recuperé el sentido.
Este gran hombre
vino a mí, ¡No puedo dejar pasar esta oportunidad…! Rápidamente puse los ojos
en blanco y miré de reojo a Marianne al otro lado del jardin. Marianne debe
haber notado mi mirada, y dibujó un gran O sobre su cabeza.
Fue una especie de señal pre-prometida, significaba que
Soleia Elard había entrado en el palacio imperial. Maldición. ¡Tengo que ser
rápida! Abrí la boca.
—Uh, por ahora…
—¿…? Estiré mi mano a Euredian, la miró con ojos extraños
por un momento.
Usé todos los músculos de mi cara y sonreí ampliamente.
—Por ahora,
¿nos escapamos?
De alguna manera, Euredian levantó la mano.
Era lo opuesto a
la apariencia que tenía como defensa de su pared de hierro.
¿Está tratando de
ser un poco generoso hoy?
Entonces es
genial, ¡gracias! Lo saqué con un ritmo rápido.
Mi corazón se va impacientando.
Si Soleia es
testigo de este momento con Euredian,
¿cómo saldrá?
Esta vez, podría
ser enterrada viva sin siquiera saberlo.
El emperador que no conocía mi mente, me seguía muy
tranquilamente.
Debido a la
diferencia de altura, no importa cuán seguido camine, no puedo alcanzar su
paso.
Soy la única que siempre se mueve así.
¡Solo yo! Lo miré abruptamente.
—Llegará un día en el que me lo agradecerá, Su Majestad.
—¿…?
El hombre que
estaba siendo conducido suavemente por comentarios absurdos, se encontró con
mis ojos.
El hombre me dio una mirada llena de curiosidad, y luego
se echó a reír.
—Bueno, tal vez algún día.
—Nunca se sabe lo
que va a pasar.
Mi boca sobresalía.
Lo miré por un momento, luego me volví.
De todos modos,
atrapé un pez grande.
Volveré al Palacio
Belyruk y lo mantendré confinado por un día.
Por supuesto, ese
era el plan.
Iba a escapar con este hombre que era dos veces mi
tamaño.
Incluso si intentara huir, estarás en este palacio.
No era mi
intención que esto sucediera. S
oleia Elard.
Esa mujer apareció
en nuestro camino como un demonio.
—¡…!
Estaba de camino hacia el Palacio Belyruk, sosteniendo la
mano de Euredian.
De repente, sentí
que jalaban con fuerza mis manos.
Y en un instante Euredian sostuvo mi hombro con fuerza.
No me pude
resistir y fui arrastrada a sus brazos.
Al otro lado del campo de visión, flotaba el cabello
castaño rojizo.
Dios.
En un instante, la sangre de todo mi cuerpo se enfrío.
Solo podía ver la parte posterior de su cabeza.
Cabello castaño rojizo con un cuerpo delgado y un
brillante vestido naranja.
Que es esto, ¡Por
qué Soleia está frente al palacio Belyruk!
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AL PADRE DEL VILLANO – 26
SEDUCIENDO
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Aferrada a
Euredian, pensé sin comprender,
¿no es esta realmente
la peor situación que he tenido?
Mis pies estaban
en el aire y luego volvieron tocar el suelo nuevamente.
En un instante, nos apegamos al costado del camino,
detrás de un gran árbol viejo Abrí la boca reflexivamente..
—incómodo.
—Shh.
Abrazándome por detrás, Euredian susurró en voz baja.
Mi corazón latía
con fuerza, ya fuera por la voz claramente baja o porque me sorprendió.
«¡No corras,
corazón!»
Mi cabeza, que
había estado congelada por un tiempo, se estaba volviendo consciente de la
gravedad de la situación.
Antes de que Soleia se diera cuenta, estaba intentando
escabullirme con Euredian.
«¿Cómo lo supo?»
esa mujer estaba
bloqueando el camino hacia el palacio Belyruk.
Da miedo si es una
coincidencia, y es aún más aterrador si era intencional.
Hubo un murmullo
de Euredian.
—… Esto es molesto.
Huh.
Instintivamente sostuve el brazo que me abrazaba.
Si me dejará atrás y se fuera con Soleia, sería algo
malo.
Moví mi cabeza lo
más atrás que pude y miré a Euredian.
Su afilada mandíbula fue lo primero que vi.
Cuando miré un poco más arriba, pude ver sus ojos
fruncidos.
Giró la cabeza y
miró a Soleia desde detrás del árbol. Parpadeé sin comprender.
Algo está mal.
—¿…?
Sus ojos eran
demasiado agudos para mirar a alguien con quien podría comprometerse.
Lo miré aturdida.
Luche por relajar
los hombros y brazos, pero apenas fue posible.
Al final, tuve que
inclinar la cabeza al máximo de nuevo.
La cara de Euredian todavía estaba rígida.
«¿Qué estás
mirando…?»
Una sensación de ansiedad surgió Euredian rara vez hace
una expresión que sea tan obvia.
Desde esta
posición, lo único que se podía ver era a Soleia parada frente al Palacio
Belyruk.
«¿Qué está haciendo?»
No, era extraño que Soleia Elard estuviera allí en primer
lugar.
No importa cómo lo veas, solo puedo pensar que vino
debido a mí. Las yemas de mis dedos se enfriaron en un instante.
Sentí frío a pesar de que estaba siendo sostenida entre
los brazos de Euredian.
—Princesa.
—Sí, ¿Sí? Escuchar su voz baja y susurrante, me
sorprendió.
En el extremo
izquierdo de mi campo de visión, su tenue cabello plateado brillaba. Euredian,
que inclinó la cabeza en mi oído, me ofreció una propuesta sorprendentemente
gentil.
—¿No quieres ver Barishad? La capital de Belgott,
Barishad.
Era natural que no lo conociera porque nunca había salido
del palacio desde que fui secuestrada por Belgott.
Pero en este momento, que mi corazón late con tanta
fuerza quiero volver a Lebovni.
Entonces asentí,
aterrorizada.
¡A cualquier lugar de Barishad, a cualquier lugar en el
que ella no este! Ch. 3.
Secuestro o
escape.
—Lady Elard. La belleza delgada con cabello castaño
rojizo hasta la cintura, se dio la vuelta.
Cuando descubrió que la persona que la llamó era el
ayudante del emperador.
Parpadeó sus ojos
suavemente.
—Sir Felix.
Era una mujer buena para seducir a los hombres y
controlarlos según su propio gusto.
El ayudante,
parecía estar familiarizado con el hecho, bajó la mirada lo más posible sin
hacer contacto visual con ella.
—Ésta es el área donde su Majestad ha emitido una orden
de restricción directa.
—Ah, entonces
¿es así?
No lo sabía.
No esperaba que lo ordenaría él mismo.
Soleia abrió mucho los ojos.
—Lo siento.
Debería haber tenido cuidado.
«¿Dónde recogiste
a esa mujer, que por un pequeño flujo de maná casi muere?»
le dió este
palacio y bloqueó su magia.
No importa que tan
duro lo intentes.
Obviamente esa
mujer que duraría mucho.
Soleia se encogió de hombros ligeramente.
Al mismo tiempo, dedos delgados y largos chocaron
ligeramente entre sí.
Pero es mejor
cortar los brotes temprano.
Es difícil para un
hombre que estaba frente a ella, darle la espalda.
En su hermosa cara se formó una sonrisa extraña.
Euredian Belgott, era un hombre con la mayor y más pura
divinidad «Soy la única mujer con la que te vas a casar.»
Los dedos alargados se doblaron en una forma curiosa.
Un fuerte viento silbo en el aire.
Sacudiendo la
atmosfera ligeramente.
El asistente, que no lo notó, respondió cortésmente.
—No hay nada de qué arrepentirse.
En primer lugar, vaya al Palacio Central, su Majestad la
está esperando.
Soleia sonrió
brillantemente y asintió. Estás mintiendo.
Euredian Belgott es un ser humano que divide el día en
minutos.
Todavía quedan 10
minutos,
¿pero ya me está esperando?
De ninguna manera.
Soleia se rio brevemente.
Pero todavía había
una sonrisa en la esquina de su boca.
—Si, vamos.
El ritmo de sus pasos fue disminuyendo.
El dobladillo de su vestido naranja rozaba la hierba.
Después de unos
pocos pasos, Soleia preguntó en un tono pasajero
—¿Su majestad le dijo que estaba aquí?
No se perdió el
leve estremecimiento del asistente.
—No. Simplemente decidí decirle que esta es una zona
prohibida.
—Si… Los ojos negros se destacaron.
Su mirada relajada se extendió observando su alrededor.
No había nada que pudiera sentir.
Un mago que trata con maná no puede sentir la divinidad
de Raulus.
Era natural que no
pudiera reconocerlo porque era un poder que tenía la naturaleza opuesta.
Soleia Elard era del grupo que se había acercado al lado
más oscuro de la magia.
El emperador era
igual a ella, no podía sentirla.
En ese caso. Los labios rojos trazaron una línea
suavemente.
Soleia, el mago más poderoso de magia negra de ésta
época, sonrió vertiginosamente.
Después de sus pasos, las pequeñas flores en la hierba
murieron una por una, y se dispersaron.
Donde estaba el
palacio, se formó un círculo, dibujado por las flores muertas.
Soleia pensó divertida.
«¿Dónde crees que estás mirando, su majestad?»
*** Obviamente mi
plan original no era así.
Lo que estaba pensando era un secuestro muy moderado,
pero «¿por qué de repente se convirtió en un escape?»
Fui guiada por Euredian y busqué en mi memoria, tal vez
no debería haberme burlado de ella ese día.
—Princesa.
—¡Si! Mire su pie tocar el suelo.
Me pregunte si podía tocar su mano, pero giro su cuerpo.
Y entonces pude mirar directamente a la cara de Euredian.
Donde antes tenía una mirada suave, había una afilada.
Me encogí de sorpresa. «¿Qué? ¿Qué le pasa a su cara? Da
miedo…» Tal vez se dio cuenta de mi rostro marchito, y cambio su expresión
aguda.
Euredian estaba
realmente molesto con algo, con una mirada indiferente preguntó.
—¿Soleia Elard,
tiene algún tipo de rencor contra ti?
—… Me quedé callada.
No, no lo sabía.
Solo sabía que
ella sería el poderoso jefe final oculto… Euredian suspiro.
Mientras estaba
tratando se tocaba la cabeza como si le estuviera doliendo.
—¿Crees que no sé lo que estás haciendo?
—Bueno, solo lo voy a tener un día. Estaba tratando de
retenerlo por un día…
—…Tú no, Soleia Elard.
Pero justo ahora acabas de decir bastante.
Quería dar una excusa rápida, pero cerré la boca.
Cállate y quédate
quieta.
¿Si?
Euredian pareció pensar por un momento.
Eché un vistazo a
sus ojos y luego a mi alrededor.
Justo en frente de él había una gran puerta. La parte
trasera del palacio estaba en la entrada sur del Palacio Imperial. «¿Realmente
estás tratando de mostrarme la capital?
¿O te estas
escapando de Soleia?» Esto último parecía más creíble.
Pero si él, el
dueño del palacio, echó a Soleia
¿Por qué más huiría?
Miré de nuevo esos ojos rojizos.
Me costó mucho leer qué demonios estaba pensando, pero
los resultados fueron mínimos.
Euredian solo sonrió brevemente, murmuro algo que no
entendí
—¿Qué vas a hacer de nuevo…?
—¿…?
Estoy segura de que eso lo estaba diciendo por Soleia.
De alguna manera, sentí que la actitud mostrada a la
persona con la que pensaba comprometerse, era cruel.
Estaba claro que
Euredian desconfiaba de ella más de lo que pensaba.
Entonces, ¿de repente el tema cambió?
¿realmente nos
estamos escapando?
Entrecerré los
ojos y vi a Euredian decirle algo al sirviente.
Este desapareció
tan rápido como el viento.
Me aclaré la garganta y hablé con Euredian.
—En-entonces. Su Majestad, ¿estamos huyendo?
—No, me estás secuestrando.
—¿Disculpe?
—Ganaste, el secuestrador es tan inflexible.
«¿Qué quieres decir?»
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Levanté mi vista hacia su hermosa cara.
Euredian no
parecía querer explicarme nada más. Sus ojos rojizos me escanearon.
Entonces escuché ligeramente lo que dijo
—La perderé tan
pronto como salga a la calle.
—¿Qué?
Euredian no
respondió.
Sin embargo, hizo
un gesto al criado que estaba esperando a su lado. Parpadeé y vi a Euredian
recibir algo de su sirviente.
Era una gran
túnica negra.
—Uh … Abrí mi boca un poco.
Pensé que me daría
la túnica negra, pero la envolvió alrededor de mis hombros. Euredian me cubrió
con la capucha de la túnica y la abrochó.
No era suficiente, así que ató la cuerda de la capucha
con fuerza. Fue un gesto que hizo demasiado rápido para seguirlo con los ojos.
Solo después de que me ató la cinta de la capa negra, las comisuras de su boca
dibujaron una línea. Euredian murmuró contento.
—De ésta manera es mucho mejor.
«¿..?»
Me miré a mí misma.
El dobladillo de
la capa se superpone con el final del vestido blanco, lo que lo hacía un poco
horrible, pero no tanto.
«¿Hay alguna razón para ir de esta manera?
Bueno, una chica
bonita como yo no puede caminar por la calle con un vestido lujoso.» Tuve la
osadía de pensar que sí. Pero en realidad, el chico frente a mí destacaría más
de lo que yo lo haría.
El raro magnetismo
de sus ojos rojos y su cabello plateado llamarían la atención en la ciudad.
Incluso su uniforme se adapta espléndidamente a su cuerpo.
Pero Euredian
parecía no tener conciencia de sí mismo. Todo lo que hizo fue desabrocharse el
botón cerca del cuello y deshacer su corbata.
Así como también
desabrochar el botón de su manga. Euredian dijo con una voz que no era
demasiado suave.
—¿Qué es lo que
más quieres ver princesa?
—¿Uh ..?
—¿El templo de Raulus?
¿La estatua de lobo en la plaza Yugel?
¿El mural que
representa el mito fundador
—¡Oh, el templo!
¡Quiero ir… no… pero allí! Agarré su manga, tratando de seguir adelante, me
salió una voz llena de vergüenza.
—Padre, no. Su majestad ¿y usted?
—No será fácil perderme, ¿verdad?
—Oh, eso es todo. Ya que destacas tanto…
¡No, no es así!
¡Eso no es lo que
quise decir!
No podía decirlo, asi que grite con fuerza por dentro.
«¿Está loco?
Caminar por la calle con esa cara y ese atuendo.
¿Mientras huímos de Soleia?
¿Quieres anunciar que el emperador de Belgott está aquí?»
Euredian, que vio mi expresión divertida y distorsionada, inclinó la cabeza.
—¿Cuál es el problema?
—… Hay muchas cosas que quiero decir, pero no puedo
hacerlo. En cambio, inmediatamente puse mis pensamientos en acción. Tome una de
las capas de la mano del sirviente y la abrí.
—Mmm.
La túnica era más
larga de lo que pensaba. Este hombre era alto, la diferencia de altura era una
cabeza, era difícil poder vestirlo. Tomé la capa, reflexioné por un momento, y
decidí dársela.
—Su Majestad también debería usarlo.
Aunque no del todo convencido, con un ligero ceño en la
frente, Euredian tomó la capa de manera gentil.
—… No creo que sea una buena idea, pero si quieres.
—Usa la capucha. No sabes lo poderosa que es tu cara.
Cerré los botones
uno por uno como lo hizo él por mí. Euredian tenía una cara ligeramente amarga.
De cualquier
manera, abroché todos los botones y sacudí mis manos satisfactoriamente.
—Jeje. Ahí vamos.
—¿Te gusta mucho estar cubierta?
—No, mi gusto es
no estar tan cubierta, pero estamos en esta situación.
—… —Resulto de esa manera, Su Majestad
¿Quién ajustó la
capucha para que solo se pueda ver mis rasgos?
Es beneficioso para el mundo el poder apreciar esta
bonita cara de Yerenica.
Respondí
bruscamente y lo dejé ir.
Pude ver al hombre medio cubierto frunciendo el ceño,
bajo la sombra de la capucha Euredian no continuó la batalla más allá.
Pero con un largo suspiro, murmuró.
—Esta ingenuidad es muy destructiva.
—Uh.
¿Qué quieres decir?
¡Soy una chica que sabe demasiado! Euredian ignoro mi
molestia, y mi pequeño resoplido. Al momento siguiente, su cálida mano, de
repente, tomó la mía y nuestros dedos se entrelazaron, sentí que se iba el
frío.
Sentí como la divinidad entraba desde mi cabeza a todo mi
cuerpo.
Ya había sostenido
una docena de veces esta mano, pero de alguna manera mis orejas enrojecieron.
—El palacio es muy tranquilo, pero es complicado cuando
sales al centro de Barishad.
Ten en cuenta a la
torre mágica, el intercambio de minerales con maná, y los magos que caminan por
todo el lugar…
—dijo Euredian agitando ligeramente las manos.
—No te preocupes por eso.
Me quedaré contigo
—respondí rápidamente, ocultando el latido de mi corazón.
El plan estaba un poco fuera de lugar, pero tampoco
parecía malo.
Es mucho más efectivo que solo tomar té en el palacio.
«¿Cómo podría mejorar aún más al compararlo con una vez
cada tres días por media hora?»
He cumplido mi
parte como secuestrador, y he decidido ser la sanguijuela de Euredian hoy.
«¿Será capaz
Soleia Elard de pegarse a él como chicle, para que no tenga tiempo para mí?»
De hecho, yo no tengo nada que temer si este hombre está
de mi lado.
¿No es éste hombre quien me conforta, el único emperador
de Belgott?
Tome descaradamente su mano, que era lo suficientemente
grande como para cubrir la mía
—¿Entonces nos vamos? Rehén. Euredian sonrió cuando vio
mi rostro sonriente.
—…Si. De algún
modo, extrañamente su cara parecía estar llena de preocupación.
*** El medio de transporte al centro de Barishad era el
caballo. Un hombre con aspecto de caballero esperaba delante de la entrada sur
con un caballo.
Hubiera sido agradable si se tratara de un carruaje pero
sería codiciosa, deseando un carruaje, si deseaba evitar las miradas.
Y el caballo blanco, que obedientemente golpeaba su pata
delantera, era con el que ya estaba familiarizada.
Euredian tomó las riendas y agarró ligeramente la melena
del caballo.
—Lud, mucho tiempo sin verte.
Lud, era el nombre del caballo blanco.
El caballo del
emperador, tenía un cuerpo sano con ojos brillantes, y melena blanca.
Fue el caballo que monté desde que me secuestraron hasta
Belgott.
Lud respondió con un gemido, como si estuviera feliz con
el suave toque de sus manos.
No es tan aterrador como la primera vez que vi a Lud. Tal
vez fue porque la última vez había pasado por un momento difícil.
¡Soy una mujer que
debería saber montar a caballo!
Si tengo la oportunidad, debo aprender a montar.
Me alegro de que
Euredian esté cerca ahora, pero no sé cuándo tendré que huir sola.
Si no tengo la capacidad de defenderme, tendré que
correr. No puedo esperar tener suerte siempre. Lud sacudió su larga cola
suavemente.
Esperé con calma. Por cierto, Lud era casi cinco veces
más grande que yo, y todavía no sabía subir al caballo sola.
—Princesa, ven aquí. Y como era de esperar, hubo dos
manos que se extendieron hacia mí en menos de uno segundo.
Era un toque
constante al que ya me había acostumbrado. Euredian me puso a ligeramente sobre
Lud.
—¡Gracias! Instintivamente abracé el cuello del caballo.
Cuando miré hacia
abajo a la tierra oscura, mi miedo regresó nuevamente. Cambié un poco de
opinión.
No, todavía no
puedo montar a caballo…
Sentí que Euredian subía detrás de mí.
Mi cuerpo revoloteo ruidosamente una vez.
Pronto sus brazos se estiraron como soportes a ambos
lados de mí y sujetaron las riendas.
—¡Postura!
—dijo Euredian brevemente, mientras arreglaba las riendas
doradas.
—Sí. Como se esperaba, los humanos son animales
adaptables.
Hace solo unas
semanas, tenía tanto miedo a los caballos que parece mentira la facilidad con
la que me tranquilicé.
La parte inferior
de mi cuerpo estaba firmemente unida al caballo, y la parte superior estaba
reclinada cómodamente.
Mientras estaba
sentada cómodamente, Euredian instruyó al caballero en un tono rígido.
—Deja las cosas hasta que regrese.
Y, Radin, me vas a seguir con los otros tres.
¿Lo entiendes?
—Si, su Majestad.
Un hombre con uniforme de caballero con una cruz, dio un
solemne saludo silencioso.
«¿Seguir qué?» Pero la idea no duró mucho.
Incliné mi cabeza
hacia arriba y, al mismo tiempo, Euredian tiró de las riendas.
Lud quería tomarlo
a la ligera y se movió lentamente.
Luego comenzó a
acelerar y correr.
Así fue como salí del palacio por primera vez desde que
vine a Belgott *** Tan pronto como salimos de la puerta, apareció un camino
recto.
—Oh…
Era algo más de lo poco que había visto desde que estoy
aquí. Era el único camino que vi, pero era diferente al de Lebovni.
Livne, la capital
de Lebovni, rara vez tenía una línea recta tan abierta.
No puedo creer que haya una gran diferencia incluso en
esto…
Dejé de pensar en el paisaje que apareció frente a mí,
cuando pensaba en lo aislado y rural que era el reino de Lebovni.
SEDUCIENDO
AL PADRE DEL VILLANO – 28
SEDUCIENDO
AL PADRE DEL VILLANO – 28
Mi admiración surgió inconsciente.
—Guau. Barishad era, en una palabra, una ciudad
bulliciosa.
Si el palacio se parece a su dueño y exuda una atmósfera
somnolienta, tranquila y pacífica, el exterior del palacio era todo lo
contrario.
Edificios antiguos y elegantes aparecieron a ambos lados
de la carretera.
Y no mucho después, las calles se llenaron de gente.
Apenas me moví por la capucha apretada y miré
frenéticamente a mi alrededor.
La rara mezcla de
edificios grises y rojos entre la mayoría de los edificios de color marfil,
creo una atmosfera aburrida en la calle.
Y, por un lado,
toda la calle estaba animada, con docenas de pasos y voces mezcladas con el
ruido de los caballos y carruajes que pasaban, por lo que mis oídos estaban
adoloridos.
Después de vivir en el palacio, que estaba lleno de solo
mi voz todo el tiempo, era una novedad salir a las calles que estaban llenas de
vitalidad.
Mis ojos y mi cabeza giraban frenéticamente.
De alguna manera, sentía las miradas sobre mí, debe ser
un malentendido.
Debe ser una coincidencia el hacer contacto visual con
los transeúntes … Sin embargo, por extraño que parezca, mis ojos se encontraron
con innumerables personas para donde sea que girara la cabeza.
«¿Hmm?» Sentí algo extraño y escuché una voz baja, pero
al mismo tiempo determinada.
—Princesa, la capucha.
—¿Si?
Antes de que pudiera responder, su brazo izquierdo se
acercó y presionó la capucha. En ese momento, mi vista se oscureció.
—¿?
—Será mejor que no te quites la capucha. La atención de
la cuidad se está acumulando.
—No me lo quité…
Mi pequeño gemido fue ligeramente ignorado. Incluso si
volvía a inclinar la capucha, estaba listo para cubrirlo. Antes de que pueda
quejarme, Euredian agregó.
—Te bajare pronto, entonces lo veras. Su tono sonaba
maduro.
Volví a cerrar mi boca ante ese comentario.
No era una ilusión, las miradas parecían seguirme.
Era algo que la belleza de Yerenica hace que ocurra…
De todos modos, no fue tan agradable que sus miradas se
centraran en mí.
Renuncié
completamente a mirar y en cambio abrí mi audición ampliamente.
Un ruido agudo llegó a mis oídos.
¿Qué es tan gracioso?
‘Jaja, jaja’, riendo y hablando.
Al mismo tiempo,
hay alguien que se queja y discute, ‘¡Compra un periódico!’ la voz de un niño
gritando en voz alta
«¿Cuánto tiempo ha pasado desde que escuché esto?»
Sonreí de emoción.
Sí, he estado muy
ocupada tratando de descubrir cómo manejar todo por mí misma.
A veces, esta
diversión tampoco era mala, ya que tengo al compañero más fuerte del mundo Me
estoy escapando de la aterradora Soleia, ¡Así que tal vez pueda disfrutar un
poco más! Pero Euredian no parecía pensar de esa manera.
Me preguntaba si
su oculto campo de visión se estaba volviendo aún más oscuro.
De pronto Lud se detuvo.
—¿…?
Era difícil notar las áreas en ambos lados, debido
a mi ensombrecido campo de visión.
Pensé que el lomo
del caballo volvía a revolotear y escuché sus patas pisar el suelo.
Me levantaron mientras miraba hacia arriba por un
momento.
—Ek. Y con un sonido extraño, pise el suelo.
Euredian me había
bajado del caballo. Pasé la mano por la capa, y la eché hacia atrás.
Lo primero que vi
fue un cabello plateado que sobresalía ligeramente de la capucha.
—¿Su Majestad?
Y sus ojos, que de
alguna manera se veían de aspecto severo.
Euredian volvió a poner la capucha sobre mi cabeza.
—Allá fuera, será mejor que prestes atención a como me
llamas.
La correa de la capa se volvió a apretar sin piedad.
Tenía una cara tensa.
Mientras tanto, abrí la boca con entusiasmo.
—Oh, bueno, entonces padr
—. —No. Ese no. Fue una tremenda respuesta
inmediata.
Fruncí el ceño.
—Tsk. A todo dices no.
—Solo no me llames.
Estaré a tu lado de todos modos.
Ahora que lo pienso, no tienes que llamarme.
Era un muro de
hierro tan extraño.
Su majestad siempre quiere tener la última palabra.
Estaba tan perdida en mi rebeldía que dejé de pensar con
calma.
No soy una niña,
eh… Euredian se echó a reír cuando me quedé callada.
—De aquí en adelante, montar a caballo es imposible.
Y si quieres mirar
alrededor, es mejor que camines tú misma en lugar de montar a caballo. —
Me gusta.
¡Me encanta
caminar!
Asentí rápidamente.
En primer lugar,
yo he tenido una buena constitución.
Mi reputación se
ha desvanecido ahora, pero era famosa por mi incansable resistencia en los
viejos tiempos.
Entonces la sorpresa fue este tipo.
El emperador de Belgott.
Euredian parecía
no tener objeciones a caminar por la calle sin una sola escolta.
Incluso la
apariencia al atar a Lud en la entrada del callejón parecía muy natural.
Le eché un
vistazo. Por alguna razón sentí un poco de pena por él.
No tengo ninguna razón para negarme a caminar o correr
porque es una cita que elegí, pero Euredian en realidad no tenía la obligación
de cuidar de mí en la capital.
Y este hombre, que tiene un buen sentido del humor,
parecía haber visto nuevamente el significado de mis ojos esta vez.
Atando la correa de mi capucha nuevamente en forma de
cinta, añadió.
—No tienes que
poner esa cara, porque podría hacer una inspección a la capital al mismo
tiempo.
— Ah…
—Hay algo que tengo que verificar por separado, y no
dejes que la capa se baje.
Euredian, que ató
la cinta con perfecta simetría, tiró con su mano satisfactoriamente.
Con una ligera
risa que colgaba de su boca. Mi corazón dio un vuelco al escuchar las palabras
que sin saberlo me tranquilizaron. —…
Este hombre a menudo me tomaba por sorpresa y la
preocupación por estar fuera disminuyó un poco. Entonces llamó a este extraño
movimiento una inspección.
Sería afortunada si el nombre fuera real, y estoy
agradecida de que lo añadiera por mi bien.
Me hizo llorar.
Este tipo no era
consiente en absoluto. Sentí que mi corazón iba a llorar.
Este hombre es tan amable y gentil, pero de repente
levanta una pared de hierro.
Siempre que me
encuentro con esa amabilidad, me topo con una montaña de muros de hierro
sólido.
No voy a dejarme engañar por esa calidez…
De hecho, era imposible no dejarse engañar con esa cara
frente a mí.
¡Deberías haberte
visto!
Agarré mi corazón agitado e incliné la cabeza por ahora.
—Gracias de antemano, su majestad.
Hoy va a ser mi hombre fuerte, no, mi escudo. Quiero que
me muestre la capital…
—… —Haré lo mejor para que puedas disfrutarlo. Una
expresión extraña apareció en su rostro, debido a la capucha estaba medio
oculta.
Euredian solía mirarme así todo el tiempo.
Algo así, como ver
una criatura extraña por primera vez, como si buscara una forma amigable y
sutil de mirarme.
Euredian murmuró
para sí mismo.
—Espero no perdérmelo.
—¿Si?
De alguna manera sentí que podía escuchar un suspiro.
Pero Euredian pronto regresó con una sonrisa amable.
—No. Nada.
Si te diviertes, será suficiente.
—Ah… De
nuevo.
¡De nuevo!
¡Era ese tipo de
cara!
¿A quién demonios está seduciendo?
—Vamos.
Ahora ha extendido la mano a la que estoy
acostumbrada.
Mi corazón late muy rápido.
La repentina aparición de calor hizo que mi corazón se
acelerara de nuevo.
—Todo es por esa cara…
—¿Qué? —
Su Majestad es muy guapo.
—Realmente repentin-
—¡Vamos!
Me apresuré a tomar la mano de Euredian para que no
hablara más.
Pero eso también
fue un error inesperado.
La repentina
oleada de divinidad llenó mi espíritu.
Mi corazón latía rápido como si hubiera tomado una
sobredosis de cafeína.
Boom boom.
…¡De Verdad!
Escondí mi cara roja e incliné mi cabeza y me di la vuelta rápidamente.
Si observaba más, el calor que comenzaba de la punta de
mis oídos se extendería por toda mi cara.
*** Afortunadamente, tan pronto como comenzó la visita de
gran escala a Barishad, mi corazón comenzó a latir por otras razones.
Todos los paisajes
que miraron mis ojos era completamente diferente de Lebovni A diferencia de
Lebovni, que usa mucho las curvas para dar una sensación redonda y linda, en
Barishad generalmente son líneas rectas frías.
Sin embargo, era una ciudad en la que conservaron todos
los edificios antiguos Miré frenéticamente a mi alrededor y escuché el flujo
constante de una voz.
—Barishad se
compone principalmente de cuatro caminos que se extienden alrededor del palacio
central y el palacio imperial.
El este y oeste
son los distritos de Piella y el distrito de Heilen, donde se encuentran las
casas de la nobleza. En el norte, el distrito de Anaxia, se encuentran los
hogares de la gente común.
Siguió con su
explicación baja y tranquila.
—Y aquí, en el
sur, el distrito de Yugel, una región cultural y artística.
Es la calle central más activa del Barishad.
—Guau.
De hecho, fue como
él dijo.
Las estructuras
elaboradas y elegantes comenzaron a aparecer una por una, lo cual es
incomparable a los edificios que hemos pasado.
Luego que caminé
unos 100 pasos más, un cuadro aparecio frente a mí.
Abrí la boca y
Euredian dijo vagamente.
—Has llegado al Segundo corazón de Barishad, la plaza de
Yugel.
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